miércoles, 10 de diciembre de 2014

Morcilla de León

 
 
Hoy os traigo la elaboración de las morcillas, como se hacen en León. ¡Bueno!, más bien, cómo la hacemos en casa, porque morcillas hay muchas; en cada región se hacen de una manera y luego cada familia tiene sus gustos y le da su toque particular.
 
En nuestra casa las hacemos con cebolla de horco, manteca y sebo, sangre de cerdo, sal, ajo, pimentón dulce o picante, hortelana y pan.
 
¿Morcilla de León?
Sí, soy yo.
 
Morcillas de León
 
ELABORACIÓN:

El día antes se preparan los ingredientes: se pelan y pican muy finas las cebollas, se pelan y machacan los ajos, se pica la grasa y el pan duro; todo cuanto más fino mejor. Se lavan las tripas y se dejan en agua. Se reserva todo por separado y se deja preparado para el día siguiente.
 
Al día siguiente, que se hacen las morcillas hay que madrugar para comenzar temprano, ya que es muy laborioso y requiere su  tiempo. Se pone la olla de hacer morcillas a calentar en el fuego de la cocina de curar. Lo primero es poner la grasa (manteca y sebo) con un poquitín de agua para que no se pegue, hasta que se derrita y luego se añade toda la cebolla. Cuando está medio cocida se añade la sal, los ajos y la hortelana, y se sigue cociendo hasta que esté todo bien hecho. Finalmente se le añade el pimentón y se deja cocer un poco más. Luego se retira definitivamente del fuego y se añade la sangre poco a poco para que no se queme y no se coagule, y se va removiendo. Es aquí cuando adquiere el color negro típico de las morcillas. Y la final del todo se le añade el pan, se remueve y se deja reposar. Se deja enfrían el mondongo un poco mas hasta que se pueda manejar sin quemarse uno.
 
Luego se embute en las tripas, se atan y se colocan en una artesa o tino grande. Cuando estén todas las morcillas hechas, se pone la olla donde previamente se hizo el mondongo con agua y cuando ya está hirviendo se van cociendo por tandas las mocillas a fuego lento y se van sacando para un banco o un lugar acondicionado y limpio hasta que estén completamente frías.
 
Una vez frías se atan los bordes de las corras para poder meterlos en los varales y se cuelgan al humo unos días para que se oreen y cojan ese sabor ahumado tan característico.
Mondongo esperando a ser embutido.
Agua calentando para cocer las morcillas
Morcillas cociendo
Morcillas ya cocidas y enfriando
Resultado final. Sólo queda colgarlas en varales y ponerlas unos días al humo.
 
Carlos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario